viernes, 25 de mayo de 2018

Poemario'78 (2)



Todo cuanto el viento lleva en su recorrido,
aquello que es desechado por el mundo,
la paz, la belleza, la armonía,
tejen estandarte de felicidad
que arrastráis a lo largo de vuestras vidas.


26-4-78



No he venido aquí paralamentarme,
estoy dispuesto a perderlo todo,
con tal de encontrar, nuevamente, la paz,
te siento, te pienso y te deseo
y quisiera olvidar todo lo anterior.
Lo trágico ha sido evocado, una vez más,
para desgracia de cuantos me conocen,
he de nadar por el ancho lago de tu cuerpo
y robarle, a ese cretino Cupido,
un poco de atención.
No gustas de bellas palabras,
más, quisiera que las entendieras,
no podría explicarte, cuanto a mí me pasa,
sin la ayuda de esta estéril concepción,
cuanto produce mi pensamiento.
Es obra y gracia de la monotonía,
no comprenderás mis intenciones
ni bailaremos juntos el vals por mí tan deseado,
pero exteriorizo, así, mis ansias
y seguiré paseando a tu lado,
como un satélite más de la vida.



4-5-78




Es todo cuanto se me ocurre,
todo cuanto llega a mi imaginación,
un hombre solitario, yo,
elegantemente vestido, traje negro, zapatos relucientes,
paseando tranquilamente en la noche,
castigando con sus tacos los adoquines del callejón,
bajo la penumbra de un farol de luz amarilla,
silbando una canción triste,
con ambas manos en los bolsillos
y recordando, melancólicamente, tu figura,
aún en el lecho del placer,
aún satisfecho mi chuerpo,
aún mimado con dulzura y mil cuidados,
no puedo borrarte de mi mente,
ignoro las causas, aunque...
las intuyo.

4-5-78




La vida... el mundo... el todo...
son una constante contradicción
y yo, soy vida y parte del todo.

9-5-78



Escribo y escribo constantemente
y nunca me canso, de hacerlo para ti,
porque, todo cuanto hago, cuanto digo y cuanto pienso,
está en función de tu existencia,
porque, todo cuanto soy, a ti te lo debo,
pues todo cuanto poseo es para ti,
porque cifro mi existencia en la tuya,
mi vida y mis acciones, en tu encuentro,
mis pensamientos, en tu búsqueda.
Por eso, escribo y escribo constantemente,
porque he de testimoniar, de alguna manera,
cuánto te necesita el ser que encierro
y he de deshacerme de todo aquello que me amarga,
de todas mis esperanzas,
que se tornan, con el tiempo, en desesperación,
porque, sin ti, no soy más que un proyecto,
un proyecto, vano y absurdo, de hombre
que, como un huevo sin incubar,
no puede dar a luz la vida,
la que en potencia encierro
y que tanto me trastorna.

9-5-78



Caminamos lentamente
por el pasillo que conduce a la antesala de la muerte,
vamos dando tumbos, de un lado a otro,
como si el gran barco de la vida
estuviese dispuesto a naufragar
y no somos conscientes de la pérdida,
que sufrida, día a día, no se nota.
Estoy llamando al mundo y no me atiende,
el mundo es el culpable,
yo, cuando termine mi taréa,
trataré de olvidar cuanto he vivido
y pondré fin a mis días
con la satisfacción de quien se supo malo
y no consintió empeorarse.


29-5-78




El triste sonido metálico de una trompeta
entona, en mi interior, aquella dulce música
que escuchamos, una tarde de verano, entre tinieblas
y no sé si alegrarme o llorar.
Necesito algo... algo... no sé...
mañana volveré a intentarlo todo
y así, una y otra vez, día tras día,
hasta que me sienta satisfecho.
La vida no es como quisimos entenderla, un día
y es lo que más pesa dentro de mi.


31-5-78




Intento descifrarte cada tarde, cada noche,
saber cómo eres realmente, sin falsos muros,
asegurarme tus palabras como sustento,
busco, entre ru incógnita, un indicio que me de la luz,
el cabo de tu ovillo,
la clave que me ayude a comprenderte,
quiero, tan solo, una ayuda,
una ayuda compartida, percibir y dar,
intentarlo todo, buscar con impaciencia,
entre los retazos de tu comportamiento,
recibir tu enseñanza, enseñarte mi vivencia,
olvidar, juntos, dónde vivimos,
andar caminos no trazados
y saber, muy bien, lo que necesitamos.
Unidos, avanzar en el tiempo y en el espacio,
destruir, contruir, hacer y deshacer,
acaparar belleza, paz, felicidad,
repartirla por el mundo, como un nuevo maná,
tirar por la ventana tantos prejuicios...
esperar, juntos, la dulce muerte.


31-5-78



Alguna vez, fuiste vida y naturaleza,
todo, a tu alrededor, era armonía, encanto,
supista madurar, lentamente, 
de un frágil arbustillo expuesto
a ser arrasado por cualquier evento,
supiste forjar, con el tiempo,
con todo el tiempo del mundo,
la majestuosidad, la pompa y la fortaleza,
que llegaron a ser tu mayor orgullo y,
a su vez, la causa de tu destrucción.
Ignorabas tu destino,
ni siquiera, podías imaginarlo,
no tenías otra meta, que crecer,
llegar a ser el más alto de tu especie,
ni otra aspiración,
que la de fortalecerte, ser el más hermoso
y tenías, para ello, toda la vida,
ninguna otra función desarrollabas,
ya que, para ninguna otra cosa, habías nacido.
Y, por fin, lo conseguiste,
fuiste el más fuerte de tu especie,
el más corpulento, el más alto, el má frondoso,
hoy, gracias a ello y a lo que fuiste,
eres naturaleza muerta, 
objeto decorativo y funcional,
en mano de esos "seres superiores",
que jamás te dieron impotancia
y no vieron en tu esfuerzo,
más que la simple y casual conveniencia
de hacerte útil a sus necesidades.
Por eso, esta noche, al verte solitario,
compuesto en trozos, que, tal vez,
ni siquiera sean todos de ti mismo,
he sentido la necesidad de acariciarte,
como nunca antes lo hube hecho y,
apoyando, una vez más, mi cuerpo sobre tu cuerpo,
escribir estas palabras de reconocimiento y homenaje
para quien, un día, fue naturaleza viva
y ha tenido que morir, como tantos otros seres,
en sacrificio a la comodidad de la llamada
"Raza Superior".


31-5-78




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