Flor de
vida, me gustas
porque
tienes la dulzura
de la miel,
que a las abejas
gusta tanto
y tu hermosura
es, para mi
vista, luz,
tu voz
expresa ternura
y tus ojos
siempre tienen
esa mirada,
que dura,
en el
recuerdo, hasta el fin
y
eternamente perdura.
4-73
Sólo, en mi
cuarto, estoy
y, aún en
la oscuridad,
puedo ver
con claridad
lo que
realmente soy.
Nací, un
año, por enero
y mi
infancia fue feliz,
mas la
alegría se pierde
cuando
empiezas a sentir
que no eres
nada en el mundo,
que solo
puedes reír
del
sufrimiento de otros,
que solo
puedes vivir
si
traicionas a tu amigo
y que,
viéndolo sufrir,
"Tú o
yo, así es la vida",
es lo que
vas a decir,
es ley de
vida, lo sé,
mas no
logro comprender
por qué,
para prosperar,
a un amigo
has de perder.
Me casé y
tuve tres hijos
y, al ver
crecer a los tres,
supe que no
fui, yo solo,
quien no
logró comprender
la maldad
que hay en el mundo
y el poco
bien que hay en él
y, por fin,
puedo decir
que llego a
la conclusión
de que el
mundo es corrupción
y más vale no vivir
y muero en
mi soledad,
tras un
largo sufrimiento
pues, ha
llegado el momento
de mi
eterna libertad,
sólo en mi
cuarto, estoy
y, aún en
la oscuridad,
puedo ver
con claridad
lo que
realmente soy.
9-73
No sé qué
tiene tu voz,
que hace
presa en mi mente
cuando, al
dirigirte a mi,
me hablas
tan dulcemente,
que se abre
mi corazón
para que tu
voz se adentre,
voz
sincera, voz de ángel,
voz aguda,
voz latente,
voz que
suena, en mis oídos,
como música
celeste
y, cuando
dices "te quiero,
te quiero,
sinceramente",
sería capaz
de ir,
con tu voz,
hasta la muerte.
9-73
Adiós, mi
pequeño amor,
ya nunca te
olvidaré,
quiero que
seas feliz,
aunque
tenga que perder
lo que
siempre yo he soñado,
lo que
nunca, ya, tendré,
lo que nace
y muere en mi,
el amor que
no encontré
y el deseo
de besarte,
que siempre
conservaré
y que,
aunque pasen mil años,
en mi
recuerdo tendré.
Y tú, que
te la llevaste
y me dejas
aquí, solo,
hazla
feliz, por favor,
por ella
déjalo todo.
así, podré
sentir, yo,
aunque sea,
solo un poco,
la enorme
satisfacción
de saber
que, ella con otro,
encontró
felicidad,
que, de mí,
se olvidó pronto
y no
recuerda las noches
que
pasamos, los dos, solos.
11-73
Luchando
para vivir,
luchando
para alcanzar
un camino
que seguir,
una casa
donde estar.
Parece que
luche en vano,
por
conseguir un camino,
porque
tienes, en tu mano,
las riendas
de mi destino.
Si quieres
que yo perezca,
al ratito,
he perecido,
mas, por
tonto que parezca,
no quiero
ser un vencido.
Algún día,
estas cadenas
se
romperán, como todo,
por eso,
vale la pena
estar
hundido en el lodo.
Salir con
las manos limpias,
luchar por
la libertad,
gritar:
"¡Las leyes son nuestras!
¡Al asesino
matad!"
Volverá a
brillar mi valle,
volverá a
brotar la flor,
volverá a
vivir mi calle,
volveré a
encontrar amor.
73-74
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