viernes, 29 de junio de 2018

Poemario '77 (9)



Sí, señores,
soy anarquista 
y no escondo ante nadie mi identidad.
Soy anarquista 
y lo soy, porque soy, ante todo, 
un ser humano.
Ninguna causa más justa
puede llevar al hombre
a reivindicar el derecho a la vida total, 
que paso a paso, generación tras generación,
desaparece entre los bloques de irracionalidad,
que envuelven el mundo en que vivimos.


9-7-1977


Cuando las flores rodean el camino,
ávidas de amor y calor
y se besan unas a otras sin distinguirse, 
me siento el pasajero de la noche,
envuelto en un manto de infinitas sensaciones.
Tengo algo que decirte
y en algún lugar remoto de nuestro pasado,
las palabras se regocijan traviesas,
burlando, una vez más, mis sentimientos.
El pasado, el presente y el futuro
se dan la mano fraternalmente
para aliarse para siempre en contra de la divinidad.
No soy más que un hombre que busca
y es lo único que quiero ser.
Me horroriza la idea de venderme, cada día,
por el sustento que mueve mi aparato,
pero más me horroriza tener que evitarte
o abandonar la búsqueda que me da la vida.
Me sé poeta cargado de emociones
y me sé hombre frustrado por el egoísmo,
con infinitas posibilidades y, pese a todo,
con mínimas esperanzas.
Sin embargo, escribo
y escribo para ti, que jamás leerás estas palabras,
porque sé que me comprendes,
porque sé que en algún remoto lugar,
pasearás por entre las flores
y te sentirás envuelto en sus fragancias
y entonces, desearás ser poeta y sufrirás por ser hombre
y pensarás en mi como nunca lo hayas hecho...
Y ambos partiremos hacia el infinito,
unidos por un cordón invisible,
que se alimentará con nuestras lágrimas.


9-7-1977



¿A quién quieres engañar
con tus estupideces?
¿A quién piensas convencer
de que tienes lo que no tienes?
¿De quién esperas obtener
los favores que deseas?
¿A quién pretendes comprar
con esa estampa de galán?
¿No sabes que el mundo es ciego?
(mi particular mundo, al menos)
y, sin embargo, te empeñas
en que advirtamos tu plumaje de colores.
Razona un poco, hombre vacío,
que nadie te está mirando
y recuerda que, cuanto más brilles,
más cegadora será tu presencia.

11-7-77



Los extraños están danzando,
ella les sigue,
ella es el tul que se mueve con el viento
y yo me enamoro, poco a poco, de su ondular.
Los hombres y mujeres se emborrachan entre gritos,
ella les sigue, danzando como un vals de olas
y yo me pregunto ¿cuándo se irán todos?
Los gritos, la música, las panderetas...
su luz ténue resalta sobre todas las cosas
¿cuándo podré hablarle?
Quisiera decirle que la quiero,
que nunca, nada había llenado tanto mi vida
¿cuándo se irán todos? ¿cuándo podré hablar con ella?
La luna brilla en toda su majestuosidad,
su silueta aparece en el centro, grácil, hermosa,
quisiera que estos minutos colmaran mi vida
¿cuándo podré besar su piel?
Los danzantes están agotados,
sus cuerpos se manchan de tierra
hasta confundirse con el suelo,
pero ella sigue bailando,
¿cuándo se irán todos?¿cuándo podré hablarle?
¿cuándo podré decirle que la quiero?
Amanece, el sol surge, al fin, de entre los matorrales,
todos recogen sus cosas, comienza el éxodo.
¡Ella se marcha, también!
¡No! ¡No te vayas! ¡Te necesito!
¡Maldito amanecer!
¿Por qué se marchan todos?
no podré hablarle ya...
¡Qué estúpido he sido!

9-8-77



Es el alumbramiento en plena noche,
cerrado bajo las nubes
que intentan ocultar mil tesoros
con su frágil manto de ilusiones ya marchitas.
Ha sido un día difícil para muchos,
un rudo y trabajoso día menos para todos,
le hemos robado un poco de dulzura a la vida
para entregarla en ofrenda a la muerte,
intentando sobornar, por ese poquito de tiempo
que siempre hemos necesitado.
Ya nadie se mueve aquí,
a lo lejos, alguien comienza su trabajo,
ignorado por la multitud,
e incluso, por sí mismo.
Aquí se intenta dormir,
se intenta, a pesar del pensamiento,
que golpea, una y mil veces, cada vena del cerebro.
Hoy ha sido un día difícil,
más que los anteriores,
¿pero, qué puede importarnos?,
hemos nacido para morir
y mañana volveremos a nuestras posiciones
para conseguir, nuevamente, ese pequeño indulto.

22-8-77


Cuando pienso en mi,
cuando pienso en nada…
cuando pienso que no soy lo que quisiera
y me odio… y me desprecio…
y me insulto con voz entrecortada,
cuando dicto, con jactancia, mis teoremas
y descubro en mi la baja traición humana, inhumana,
cuando predico hacia ellos mi altruismo
y me convierto en el más mísero de los egoístas,
cuando intento darlo todo sin dar nada,
cuando el vociferar de mi alma turbia
atraviesa el filtro embustero, embaucador,
cuando digo toda la verdad y oculto,
cuando pido la voluntad y exijo,
cuando me miro en el espejo de mi cara
y descubro el anatema, horrible contradicción…
Entonces, es hora de llorar,
pero parece existir realmente una justicia,
oligarca exclusiva de mi ser,
que impide, en castigo de mis contradicciones,
que las lágrimas purifiquen mis pupilas
y mis ojos, resecos por el odio hacia mí mismo,
me reclaman el manjar con desesperación.
¡Quiero llorar! ¡Quiero perder esta calma exasperante!
y poder encontrar, nuevamente, mi sendero.

22-8-77


Muchacha, que besé
al amparo de un pretendido amor,
no sé qué pensaste tú,
yo pensaba en otras cosas,
distantes, lejanas,
ocultaba tras tus cabellos mis ojos
capaces de traicionarme,
no sé en quién pensabas,
yo buscaba algo menos puro que aquello.
Muchacha, que besé
a oscuras, entre penumbras,
(no es posible amar a plena luz donde no hay amor),
no recuerdo tu nombre,
ni siquiera tu silueta,
no fui aquello que prometí
y la excusa puso distancia entre ambos.
Ahora, intento recordarte
en el laberinto de ideas que me guían…
para pedirte perdón.

23-8-77


Algo me lleva detrás del universo,
el universo me ahoga con sus garfios,
algo se mueve tras mis ojos,
mis ojos girarán de un lado a otro,
algo me dice que no estoy vivo,
vivir es más que eso, os lo aseguro,
vivir es escribir un largo cuento,
improvisar la vida, poco a poco.
Algo me turba interiormente,
es algo profundo, me imagino,
es algo que me lleva mucho más lejos,
algo necesario como la vida.
Algo me arroja, hacia vosotros,
con sobrenatural encanto,
con plenitud inhumana,
con insistencia de hombre,
y no me resisto a ser un papel,
insignificante a la vista,
pero trascendente en algunas vidas.
Algo se revela, en mí, como importante
e intento traducíroslo en mis poemas.

25-8-77



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