jueves, 11 de octubre de 2018

Si no aportas, aparta



- Hola.

- Hola.

- ¿Me estás evitando?

- No, es que necesito estar sola...

- ¿Te molesto?

- No, no me molestas, solo que no me apetece hablar con nadie... 

- Pero,...

- Hay cosas demasiado personales que nadie entiende...

- Te comprendo...

- No, no me comprendes, créeme.

- Bueno ¿Puedo acompañarte en silencio?...

- ¡No! ¿Ves como no me comprendes?

- Sí, te comprendo, pero no lo entiendo... ¿Me voy?

- ¿Te estás poniendo metafísica? ¿Qué es eso de que me comprendes pero no me entiendes?

- Que comprendo cómo estás, yo misma me siento de igual manera, en ocasiones,... pero no entiendo que necesites estar sola, para poder seguir sintiéndote mal...

- Es mejor que te vayas...

- Sí, para ti es mejor, me voy...

- ¡Un momento! ¿Estás jugando conmigo? 

- No.

- ¿Tú qué sabes de lo que me pasa?

- Nada, no me has contado nada. Solo sé que quieres estar sola...

- ¿Y por qué me contestas de esa forma? ¡Es ese tipo de actitudes lo que me tiene preocupada!

- ¿Ah, si?

- ¡No te rías! Tú sabes algo... o te lo imaginas, que es peor...

- De verdad, ni siquiera puedo imaginar qué te puede pasar...

- Pues, me pasa lo que te estoy haciendo pasar, ahora, a ti... 

- ¿A mi?

-Sí, soy rechazada, sin más, porque no se entiende cómo soy...

- ¿Yo?

- No, yo.

- ¿Que no entiendes cómo soy?

- ¡Coño! ¡Si!

...
o O o

...

- ¡Sí, si que lo entiendo! ¡Ahora lo comprendo todo! ¡Gracias!

- De nada... Ahora, soy yo la que no entiende nada...

- Pero, si lo dices tú misma... 

- ¿El qué?

- La diferencia entre entender y comprender...

- Si, es enorme...

- Y, sin embargo, se puede cambiar a voluntad... 

- Sí...

- Y que querer es poder.

- Parece que lo tienes muy claro... ¿Pero, qué ha pasado?

- Nada, nada... déjame, por favor...

- ¡Me estás vacilando!

- ¡No!

- ¡Si!

- ¿Te molesto?

- Pues, sí.

- Te comprendo...

- ¡No, no me...! ¡Ah, vale, recibido! Me voy. Cuando quieras, me llamas. Gracias.





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