(1980)
EL HOLOGRAMA
- ¡Pss! ¡Pss, pss!
- ¡Eh!
- ¡Aquí, a su derecha…!
- ¿Es a mi...?
- Pero, hombre, si está usted solo. No se haga el tonto.
- ¿Y que hace usted ahí metido?
- ¿Metido? ¿Dónde?
- Ahí, en la pared.
- ¡Ah! Perdone, a veces, se me olvida. No pasa nada, no
estoy en la pared. ¿Lo ve? Ya estoy fuera, es sencillo, hasta un niño podría
hacerlo...
- ¡...!
- ¿Lo encuentra asombroso, no es cierto?
- Pues... la verdad...
- No es más que un holograma, ¿lo ve?, doy un puñetazo y
atravieso este grueso muro de ladrillos ¿lo ve?, así... me apoyo y, ¡plop!, me
cuelo en él, no pasa nada ¡et voila! ¡nuevamente, ante usted! Usted ve el muro,
pero ahí no hay nada, es solo luz ¿lo ve? ¡solo luz! ¿Quiere pasar?
- ¡No... es decir... no, no...! Da igual... ¡Qué
curioso!
- ¡Venga, hombre, anímese! Esto que está usted viendo
ahora no es nada, comparado con lo que hay ahí, dentro... aunque, bien mirado,
creo que debería decir ahí detrás. Acerque la oreja, verá: bss, bss, bss.
- ¡No!
- Hoy es el día de las sorpresas ¿eh, amigo?, pues, como
lo oye. Vaya, como que estaría por decirle que, este muro que usted ve no es
más que una tapadera para confundir, ya sabe...
- Si, si, me hago cargo. Una cosa así, no se puede
tener...
- ¡Quite, quite! ¡No quiero ni pensarlo! Bueno ¿qué, se
anima?
- Hombre, yo... ¿Es muy caro?
- ¡Pero, qué va, hombre! ¿Cuánto lleva encima?
- Pues, así de repente... espere, que lo voy a contar...
- Vaya, ¿cómo se nota el final de mes, eh?
- Y que lo diga, oiga... a ver... dos mil...
setecientas...
- Mírese en el bolsillo pequeño.
- Ah, si, el pequeño... doscientas... cincuenta...
setenta y cinco... ochenta y... una, dos, tres... En total, dos mil novecientas
ochenta y tres.
- No es mucho...
- Hombre, pues, yo con esto como unos días y me sobra
para tabaco...
- Pues, será para tabaco negro, porque...
- Pues será para el tabaco que a mi me de la gana ¿o me
va a decir usted lo que tengo que fumar?
- ¡Bueno, hombre, no se me enfade! Que, aquí estamos
para disfrutar y no, para discutir. Verá lo que vamos a hacer, como es la
primera vez que viene, le voy a hacer un favor ¿lo ve? pero, sin que se sienten
precedentes...
- Muchas gracias pero, todavía no se si...
- Todo tiene arreglo, traiga… ¿lo ve? Pase, pase por
aquí y prepárese a disfrutar de lo que nunca en su vida se le ha pasado por la
imaginación ¿lo ve? por aquí... Pase, pase...
- ¿Pero, por dónde?
- ¡Amigo, es usted un poco lento! ¡Por aquí!
- ¿Ahí?
- ¡Claro! ¿No le he dicho que todo es un holograma? ¿Ve?
¡Ho, lo, gra, ma! ¿Sabe lo que es? Todo esto no existe, no es más que luz... No
pensaba que me resultaría tan difícil de hacérselo entender. ¡Venga, pase...!
- ¡Eh, eh! ¡Sin empujar! ¡Que, como yo me cabree...!
Pero... ¡coño! ¿Qué es esto? ¡Joder! ¡La leche!
- ¿Lo ve? Ya le advertí de que esto no se ve todos los
días.
- ¡La madre de...! ¡Esto no puede ser verdad, estoy
soñando! Que alguien me pellizque... ¡Ay! ¡No sea bruto, hombre!
- ¡Oiga, que yo soy un mandado! ¿Qué? ¿lo ve? ¿Tenía o
no, razón?
- ¡Joder!
- ¿Le gustan?
- ¡Muchísimo! ¡Jo! ¡No veas…! ¡La leche! ¿Pero, esto qué
es? ¡No me lo puedo creer!
- Veo que está entusiasmado y me alegro. No sabe usted
cuánto celebro que le guste ¿lo ve? Pero, no se quede ahí parado, hombre,
acérquese más, las puede mirar todo lo cerca que quiera, están a su entera
disposición ¿lo ve?
- ¡No fastidie! ¿En serio?
- Caballero, no he hablado en broma en ningún momento de
nuestra conversación ¿lo ve? Todas ellas están a su servicio.
- ¡¡¡Todas???
- Todas. Se las voy a presentar. Esta preciosidad se
llama Judith. Saluda al señor, bonita.
- ¡Hola, guapo!
- Hola, me llamo Antonio...
- ¡No la toque! ¡Se mira, pero no se toca! ¿Lo ve?
- Solo le iba a dar la mano…
- Ni la mano ni las uñas. ¿Lo ve? A ver si se piensa que
por dos mil pesetas...
- Hombre, bien mirado... ¡Pero, es que están buenísimas…!
- Ya se lo dije ¿lo ve? Sigo: Raquel, Verónica, Laura,
María, Sandra, Mónica, Regina, Maru, Ruth, aquella es Pepa, Carmen y Clarita
¿lo ve? Y si no ve la que le gusta, tengo un archivo con más de seiscientas mil
¿lo ve?
- ¿Seiscientas mil?
- Así es. Y, si aún así, no encontrara la que le gusta,
tengo un programa create, que le
permite hacerse una a su capricho ¿lo ve? No falta de nada.
- ¡No joda! ¿Te puedes fabricar una mujer?
- Al gusto del consumidor. Si la quiere alta, alta; si
la quiere morena o mulata o con tres pechos ¿lo ve? Puede hacer y deshacer a su
antojo. ¿Pero, es que no le gusta ninguna?
- ¡Si, si, si, si! ¡Son todas guapísimas! ¡Perfectas!
Aquella morenita...
- ¿Quien, Sandra? ¡Sandra, ven , ricura!
- ¡Oiga, que viene!
- ¡Pero, claro que viene! Yo las controlo a todas con la
voz ¿lo ve?
- ¡Coño!
- Hola, Sandrita, mi amor. Este señor te ha elegido
entre todas como la mas bonita. ¿Lo ves?
- ¡Gracias, guapo! Tu también me gustas un montón. ¿Qué
quieres que haga para ti? Si no te gusta mi ropa, puedo quitármela...
- ¡Joder, joder, joder! ¡Eso es ...! ¡Sigue, sigue! ¡No
te vayas a cortar ahora! ¡La madre que...!
- ¿Te gusto mejor así? ¿O prefieres que me vista de
leona?
- ¡Coño! ¿Pero de dónde has sacado el disf...?
- Dime qué quieres que haga. Soy tu esclava
incondicional.
- ¡Claro que te lo voy a decir! ¡Ven para...! ¿Pero,
esto qué es? ¿Dónde...? ¡Coño...!
- Pero, hombre, ya le dije que no las podía tocar ¿lo
ve? Son hologramas ¿lo ve? ¿Sabe lo que es un holograma?
- Pues claro que lo se, hombre, ¿no lo iba a saber?,
pero es que... ¡Me cago en la leche! ¡Es tan real!
- Tecnología punta ¿lo ve?
- Pero... ¿y por esto, eh, tu no te ofendas, guapa, he
pagado yo casi tres mil pesetas, todo lo que tenía?
- Hombre, a ver si se piensa que los proyectores, el
programa y demás salen gratis. Es tecnología punta, como ya le he dicho ¿lo ve?
Un invento de vanguardia en fase experimental que...
- ¡Vaya usted a hacer puñetas, hombre! ¡Un holograma!
¡No te joroba! ¡Un holograma, un holograma! ¡Empiezan a salir mujeres como
templos! ¡Te pones como una moto y, cuando vas a echarles mano...! ¡Estás
hablando con el aire! ¡Con un holograma! ¡Y encima, me ha dejado sin un duro!
¡El hijo de...! ¡Tecnología punta! ¡Tecnología mis cojones! ¿Que hago yo ahora
con este mal cuerpo que se me ha quedado? ¡Este calentón!
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