miércoles, 7 de marzo de 2018

Poemario 1976 (2)

(A las “honrosas” brigadas antidisturbios
de la policía armada)

Corre, perro, tras de mí
y ojalá te tropezaras,
que lucho, también, por ti
y tú, ciego, no ves nada.
Cálzate porras de goma
y golpea unas espaldas
cuando veas que están solas
y las tengas desarmadas.
Baja, al galope rabioso,
de tus furgones blindados
y golpéales furioso,
cuando estén acorralados.
Ponte, sobre la cabeza,
el casco bien apretado,
no vayan a entrar ideas
y reniegues de tu amo.
Corre, ciego, tras de mí,
que no acabarás conmigo
y renegarán de ti,
incluso, tus propios hijos.
Corre y golpea más fuerte,
que yo tengo mucho aguante,
que más te vale la muerte,
cuando el pueblo se levante.

3-3-76

La felicidad es como una mujer:
no te das cuenta que la has tenido
hasta que ya ha pasado.
¿Por eso se que no soy feliz?
4-3-76


¿Por qué, si le das pan
al hombre de la chistera,
toma solo un pellizco
y, si se lo das a mi hermano,
se hace un bocadillo?

4-3-76

Si te digo:
“Quiero ser libre”,
no me digas:
“Imposible”.
Tus conceptos
son distintos
a los míos.
4-3-76

Todo eso que me rodea
no me lo invento,
pero muchas veces
quisiera poder hacerlo.

4-3-76

Dime con quién andas y no por qué,
quiero saber tus intenciones, no tus motivos.

8-3-76

No lográis comprenderme
y me llamáis loco,
sois vosotros, pues,
los culpables de que yo
me sienta tan superior.
Intento expresar una idea,
pero os negáis a aceptarla,
si se sale de vuestras reglas
¿sois egoístas o idiotas?

3-76

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