martes, 20 de marzo de 2018

Poemario 1976 (7)

Formáis, todos, un gran bloque,
una gran masa carnosa, blanda e informe,
vuestros potentes músculos
se entrelazan en la unión,
demostrando su nulo poderío.
Y yo intento separaros,
os golpeo con mis puños
y no puedo desligaros,
ni siquiera puedo unirme a vosotros.

6-76


A vosotros, que unidos por lazos invisibles,
que no podréis entender jamás,
os prestáis a mis ojos con piedad,
os dedico este poema.
Siento que os necesito,
siento que me hacéis falta
aunque no necesite hablaros,
solo necesito de vuestra presencia.
Algún día, tendré fuerzas
para poder estar solo
con todo lo que represento,
ese día moriré,
y vosotros lloraréis al amigo.
Nunca he sabido apreciaros
como podríais desearlo,
mis sentimientos son extraños
y mi forma de ser me prohíbe
deciros que, sin vosotros
soy la nada tangible.
Tampoco nunca os he dicho que os quiero,
os quiero y os necesito,
no sabría cómo hacerlo.
Lo poco humano que soy
os lo debo a vosotros.
A vosotros, pues, estos versos.

6-76


Me siento enfermo y agónico,
Inútil y desechable,
Incapaz de decisiones,
siento un dolor cerebral
que transporta mis delirios,
soy el punto del agua
donde cae la piedra
y salen, despedidas, huyendo,
ideas ajenas e incompatibles,
siento la energía de la vida
encarrilada e intrascendente
y temo la nueva etapa,
como pudiera temerle a la muerte.

7-76


El pasado, ya perdido,
intenta aprisionar mis pensamientos,
la lucha por salvar lo irreal
es totalmente desventajosa,
yo siempre puedo buscar algo nuevo,
pierdo todo poder sobre los objetos
y destruyo el envoltorio,
pero jamás conseguirá sobrevivir
a mis ansias de aventura.
He encontrado un nuevo amigo en mí,
el más fiel a mis ideales
y no pienso abandonarlo,
cuando el podrido descubra su “existencia”
e intente eliminarlo del camino,
boicoteando su “posible existencia”.
Será tarde para reconstruir una vida,
que va afirmando, minuto a minuto,
la falsa base donde se equilibra.
Algún día, volverán, resurgiendo
y habrá risas para todos los rostros,
mientras tanto, permanezco en mi empeño
de construir algo nuevo en el viejo casco.

7-76


Tu eres arcilla y plomo,
yo, alfarero y alquimista
y nuestro amor, agua y piedra filosofal,
que hará de nuestra unión
una fina vasija de porcelana y oro.

7-76 

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