(Con bata blanca y gafas)
Buenas
tardes, distinguida audiencia. Bienvenidos al Club de la Élite. La ponencia, de
esta tarde, les ofrece una nueva perspectiva comercial en su ascenso hacia la
categoría de miembros de nuestro distinguido Club: el Lobby de la Industria, el
negocio más rentable y floreciente de la nueva generación mundialista. Afortunadamente
para ustedes, también en el lado oscuro estamos los monolocos, porque todo ha
de experimentarse… incluso el mal… pero nuestros preceptos son inamovibles,
también somos sinceros. Atiendan…
Ayer,
finalizábamos con uno de nuestros preceptos fundamentales:
“Los
negocios no viven de sentimientos, viven de resultados.” (*)
Hoy,
seguimos con nuestro taller especial: “EL GRAN NEGOCIO DEL SOBREPESO” (*)
Para empezar
a desarrollar este gran asunto, debemos profundizar en una cuestión: ¿publicidad
o propaganda? Publicidad es INFORMAR, hacer públicas unas características del
producto, mientras que propaganda es FORMAR, educar al consumidor… para que
necesite nuestros productos para ser feliz. Porque, para el ser humano, SER
FELIZ es la clave de todo. Todas las personas quieren ser felices. (*)
Es así como
el lobby de la industria alimentaria, a través de la propaganda, ha jugado un
papel determinante en el actual asunto que nos ocupa: La “epidemia” de la obesidad.
Nuestra
propaganda, como lobby, está diseñada para incitar al público al consumo
desmesurado de toda clase de productos, con el único objetivo de convertir a
nuestros clientes en:
Primero: Un número,
cada vez más creciente, de clientes consumidores…
Y, segundo:
Un mayor número de consumidores compulsivos programados, es decir, cada vez,
mejores clientes. (*)
Nuestro primer
objetivo ya se ha conseguido.
A la vez,
gracias a nuestra propaganda educativa, hemos extendido entre nuestros
consumidores, la preocupación acerca del sobrepeso, las calorías, la salud,
etc. y así, nos hemos podido permitir diversificar y, evidentemente, aumentar
nuestra producción, con nuevas líneas alimentarias alternativas, del tipo light
o libres de calorías.
Y todo esto,
siempre reforzados por nuevas campañas de propaganda acerca de nuestros nuevos alimentos
saludables…
Esto es
causa y efecto, una de las primeras reglas del marketing neo-liberal, NWO: SI NO
EXISTE EL MERCADO, SE CREA. (*)
Primero
provocamos el problema, para después, poder hacer negocio con la solución.
Lanzamos
cuantas campañas sean necesarias, para concienciar a los consumidores, de que
deben cuidar su sobrepeso, pero, señoras y señores, no se equivoquen, no
queremos que los consumidores coman menos, queremos que coman más ¿OK? Así que,
llevaremos nuestros productos saludables a los colegios, a los hospitales, a
las residencias, daremos charlas y simposios, repartiremos muestras, tentaremos
a nuestros nuevos mercados. Los mercados nunca dejan de crecer, porque nosotros,
como lobby, nos ocupamos de que crezcan.
Por ejemplo:
Los injustamente llamados Alimentos basura para niños o la comida chatarra… (*)
Tienen que
comprender, ustedes, que, para conseguir una buena y rentable comida chatarra,
deberemos minimizar los costes de producción al máximo, porque necesitaremos
gastar miles de millones en propaganda.
Se trata de
llegar a los niños, un colectivo muy importante y con gran proyección de
consumo, y todo ello, a través de los medios de comunicación tradicionales e
Internet. Utilizamos personajes de dibujos animados o regalos gratis, que
incitan a los niños a desear nuestra comida. Sepan que, solamente en TV, por
ejemplo, el niño promedio ve, alrededor de 15 anuncios de nuestra comida
chatarra cada día.
Por razones
legales, existe otro factor importante: minimizar los efectos nocivos, sí, porque
cualquier estudio sobre los efectos nocivos de nuestros productos, podría
ocasionarnos contratiempos. Si es necesario, reduciremos, una vez más nuestro
coste de producción, aunque sea bajando la calidad del producto. Porque es
indispensable que patrocinemos nuestros propios estudios, que certifiquen que
nuestros productos no tienen efectos nocivos, sino, todo lo contrario, son
saludables y se aconseja que los debe consumir todo el mundo.
A veces,
distinguida audiencia, se les va a acusar de utilizar pocos productos naturales
sin procesar, como frutas, verduras, etc. y sí, es cierto, porque, a más
procesos, más beneficios para nosotros. Las grandes sumas de dinero se
encuentran en los alimentos procesados. Además, sería absurdo lo otro, los
alimentos naturales, son saciantes y el negocio busca todo lo contrario, por
eso, no solo, no utilizamos productos naturales, sino que les añadimos aditivos
que provocan comer más y más. ¡Nuestra mezcla milagrosa!: la sal, el azúcar y las
grasas saturadas.
IMPORTANTE:
SAL, AZUCAR Y GRASAS SATURADAS, ¡es más que la piedra filosofal!
Tomen buena nota,
para ser buenos lobbies.
También
deben prestar máxima atención a las etiquetas, muy importante, eso sí, nuestras
etiquetas deben siempre invitar al consumidor a consumir por su bien, a través
de fotos de frutas o granos, para que ellos crean, en todo momento, que
nuestros productos tienen esas frutas o granos, que lógicamente, no tienen ¡ey,
al final, la única diferencia es que nuestra industria sintetiza la naturaleza!
Atención, también,
a modelar las pautas nutricionales de los consumidores.
Una vez más,
hemos de optimizar, reducir, los costes de producción, para financiar
multimillonarias campañas nutricionales, que ofrezcan a los consumidores una
guía de consumo, que los lleve a necesitar consumir aquello que nosotros necesitamos
que necesiten consumir, para obtener mayor rentabilidad para nuestra industria.
La industria
alimentaria debe trabajar agresivamente para desacreditar a cuantos críticos
intenten desacreditar nuestros productos. Sea cual sea la cuestión, el lobby de
la industria, no está dispuesto a perder ingresos, tenemos un negocio solo para
ganar. Para perder no se montan negocios.
Ladies &
gentlemens, nuestro último ítem para hoy: Nos hemos ocupado de que no se pueda
culpar a la industria alimentaria de la tan preocupante epidemia de obesidad,
todo lo que producimos, es posible que no sea ético o lícito, pero todo, por
supuesto, es legal.
Pero,
controlar los leyes es algo que ustedes, por si solos, no podrán hacer. Para
ello, es necesario adherirse al lobby correspondiente. Si no hay lobby no hay
poder.
Eso ha sido
todo por hoy. Espero les haya servido este charla.
No se pierdan
nuestro próximo máster para aumentar su negocio, invirtiendo en nuevos mercados
complementarios, que multiplicarán sus beneficios: la industria farmacéutica.
Una gran mina de oportunidades para el negocio. ¡El lobby farmacéutico es maravilloso!
Controla la salud de los consumidores y les marca qué es mejor para su vida… y lógicamente,
lo mejor para todo el mundo es CONSUMIR.
Les espero. Buenas tardes.
(*)
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