domingo, 15 de abril de 2018

Sobrepeso, el gran negocio universal (monólogo)


(Con bata blanca y gafas)

Buenas tardes, distinguida audiencia. Bienvenidos al Club de la Élite. La ponencia, de esta tarde, les ofrece una nueva perspectiva comercial en su ascenso hacia la categoría de miembros de nuestro distinguido Club: el Lobby de la Industria, el negocio más rentable y floreciente de la nueva generación mundialista. Afortunadamente para ustedes, también en el lado oscuro estamos los monolocos, porque todo ha de experimentarse… incluso el mal… pero nuestros preceptos son inamovibles, también somos sinceros. Atiendan…

Ayer, finalizábamos con uno de nuestros preceptos fundamentales:

“Los negocios no viven de sentimientos, viven de resultados.” (*)

Hoy, seguimos con nuestro taller especial: “EL GRAN NEGOCIO DEL SOBREPESO” (*)

Para empezar a desarrollar este gran asunto, debemos profundizar en una cuestión: ¿publicidad o propaganda? Publicidad es INFORMAR, hacer públicas unas características del producto, mientras que propaganda es FORMAR, educar al consumidor… para que necesite nuestros productos para ser feliz. Porque, para el ser humano, SER FELIZ es la clave de todo. Todas las personas quieren ser felices. (*)

Es así como el lobby de la industria alimentaria, a través de la propaganda, ha jugado un papel determinante en el actual asunto que nos ocupa: La “epidemia” de la obesidad.

Nuestra propaganda, como lobby, está diseñada para incitar al público al consumo desmesurado de toda clase de productos, con el único objetivo de convertir a nuestros clientes en:

Primero: Un número, cada vez más creciente, de clientes consumidores…

Y, segundo: Un mayor número de consumidores compulsivos programados, es decir, cada vez, mejores clientes. (*)

Nuestro primer objetivo ya se ha conseguido.

A la vez, gracias a nuestra propaganda educativa, hemos extendido entre nuestros consumidores, la preocupación acerca del sobrepeso, las calorías, la salud, etc. y así, nos hemos podido permitir diversificar y, evidentemente, aumentar nuestra producción, con nuevas líneas alimentarias alternativas, del tipo light o libres de calorías.

Y todo esto, siempre reforzados por nuevas campañas de propaganda acerca de nuestros nuevos alimentos saludables…

Esto es causa y efecto, una de las primeras reglas del marketing neo-liberal, NWO: SI NO EXISTE EL MERCADO, SE CREA. (*)

Primero provocamos el problema, para después, poder hacer negocio con la solución.

Lanzamos cuantas campañas sean necesarias, para concienciar a los consumidores, de que deben cuidar su sobrepeso, pero, señoras y señores, no se equivoquen, no queremos que los consumidores coman menos, queremos que coman más ¿OK? Así que, llevaremos nuestros productos saludables a los colegios, a los hospitales, a las residencias, daremos charlas y simposios, repartiremos muestras, tentaremos a nuestros nuevos mercados. Los mercados nunca dejan de crecer, porque nosotros, como lobby, nos ocupamos de que crezcan.

Por ejemplo: Los injustamente llamados Alimentos basura para niños o la comida chatarra…(*)

Tienen que comprender, ustedes, que, para conseguir una buena y rentable comida chatarra, deberemos minimizar los costes de producción al máximo, porque necesitaremos gastar miles de millones en propaganda.

Se trata de llegar a los niños, un colectivo muy importante y con gran proyección de consumo, y todo ello, a través de los medios de comunicación tradicionales e Internet. Utilizamos personajes de dibujos animados o regalos gratis, que incitan a los niños a desear nuestra comida. Sepan que, solamente en TV, por ejemplo, el niño promedio ve, alrededor de 15 anuncios de nuestra comida chatarra cada día.

Por razones legales, existe otro factor importante: minimizar los efectos nocivos, sí, porque cualquier estudio sobre los efectos nocivos de nuestros productos, podría ocasionarnos contratiempos. Si es necesario, reduciremos, una vez más nuestro coste de producción, aunque sea bajando la calidad del producto. Porque es indispensable que patrocinemos nuestros propios estudios, que certifiquen que nuestros productos no tienen efectos nocivos, sino, todo lo contrario, son saludables y se aconseja que los debe consumir todo el mundo.

A veces, distinguida audiencia, se les va a acusar de utilizar pocos productos naturales sin procesar, como frutas, verduras, etc. y sí, es cierto, porque, a más procesos, más beneficios para nosotros. Las grandes sumas de dinero se encuentran en los alimentos procesados. Además, sería absurdo lo otro, los alimentos naturales, son saciantes y el negocio busca todo lo contrario, por eso, no solo, no utilizamos productos naturales, sino que les añadimos aditivos que provocan comer más y más. ¡Nuestra mezcla milagrosa!: la sal, el azúcar y las grasas saturadas.

IMPORTANTE: SAL, AZUCAR Y GRASAS SATURADAS, ¡es más que la piedra filosofal!

Tomen buena nota, para ser buenos lobbies.

También deben prestar máxima atención a las etiquetas, muy importante, eso sí, nuestras etiquetas deben siempre invitar al consumidor a consumir por su bien, a través de fotos de frutas o granos, para que ellos crean, en todo momento, que nuestros productos tienen esas frutas o granos, que lógicamente, no tienen ¡ey, al final, la única diferencia es que nuestra industria sintetiza la naturaleza!

Atención, también, a modelar las pautas nutricionales de los consumidores.

Una vez más, hemos de optimizar, reducir, los costes de producción, para financiar multimillonarias campañas nutricionales, que ofrezcan a los consumidores una guía de consumo, que los lleve a necesitar consumir aquello que nosotros necesitamos que necesiten consumir, para obtener mayor rentabilidad para nuestra industria.

La industria alimentaria debe trabajar agresivamente para desacreditar a cuantos críticos intenten desacreditar nuestros productos. Sea cual sea la cuestión, el lobby de la industria, no está dispuesto a perder ingresos, tenemos un negocio solo para ganar. Para perder no se montan negocios.

Ladies & gentlemens, nuestro último ítem para hoy: Nos hemos ocupado de que no se pueda culpar a la industria alimentaria de la tan preocupante epidemia de obesidad, todo lo que producimos, es posible que no sea ético o lícito, pero todo, por supuesto, es legal.

Pero, controlar los leyes es algo que ustedes, por si solos, no podrán hacer. Para ello, es necesario adherirse al lobby correspondiente. Si no hay lobby no hay poder.

Eso ha sido todo por hoy. Espero les haya servido este charla.

No se pierdan nuestro próximo máster para aumentar su negocio, invirtiendo en nuevos mercados complementarios, que multiplicarán sus beneficios: la industria farmacéutica. Una gran mina de oportunidades para el negocio. ¡El lobby farmacéutico es maravilloso! Controla la salud de los consumidores y les marca qué es mejor para su vida… y lógicamente, lo mejor para todo el mundo es CONSUMIR.

Les espero. Buenas tardes.




(*)










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