viernes, 18 de enero de 2019

EL MENDIGO





          Dos caballeros, embutidos en sus magníficos abrigos, pasean por una callejuela solitaria.

          Seguramente, hablan de cosas importantes.

          De pronto, se acerca a ellos un mendigo y les pide una limosna.

          - Hace tiempo que no como. – dice.

          Uno de ellos, mete la mano en el bolsillo y, sacando una moneda, se la ofrece. El mendigo agradece el caritativo gesto y se aleja.

          - Ahí va, a gastárselo en alcohol – dice el caballero.

          Un joven, que pasa por allí en ese momento, replica:

          - Con una moneda, poco se puede comer…

          - Al menos, un pedazo de pan…

          -Cuando el hambre le persigue a uno durante varios días o tal vez, semanas, poco hace un pedazo de pan. El alcohol, al menos, con su embriaguez mitiga el hambre.

          El caballero se indigna por la ligereza del joven.

          - ¡Pero ese hombre es un alcohólico, no hay más que verlo…!

          - Moneda tras moneda, una a una, las almas misericordiosas y humanas como la suya, lo han empujado a ello. Tal vez, en un principio, no fuese una limosna bondadosa sino un plato de comida, lo que necesitara… Ahora ya es tarde.

          Y el joven se aleja ante la mirada atónita de ambos caballeros.




(3-1.978)

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