A tiempo de hoy, es octubre del 18, no sé en qué momento estarás cuando leas esto, lo que esta sucediendo, hoy, en todos los aspectos y en todos los entornos es, desde mi punto de vista, el resultado mal entendido, del proceso de desenmascaramiento, que ha dejado al descubierto lo que cada una somos y lo que cada una es, y eso escuece mucho, sobre todo, cuando lo descubierto bajo las máscaras de otras, desestabiliza y pone en alto riesgo de desmoronamiento nuestras creencias, nuestros principios, nuestras bases, nuestra identidad...
Eso nos trastorna, porque hemos entregado nuestras vidas al estéril intento de llegar a cumplir las expectativas que se tiene de nosotras en un sueño que no nos pertenece, pero por el que lo hemos dado todo.
Cuando nacimos "ya estaba todo comprado", ya estaba todo preestablecido y se nos adoctrinó, desde la más tierna infancia, para que aceptáramos lo que "era un hecho", la "realidad" y nos enseñaron a sentirnos culpables si no alcanzábamos a ser "personas normales" o "como Dios manda"...
Adoctrinadas por otras adoctrinadas que también fueron adoctrinadas por otras adoctrinadas... "Así ha sido siempre y así ha de ser", nos enseñaron a creer y, viniendo de quien venían tales aseveraciones, por doctrina, atentábamos contra lo más sagrado si lo poníamos en duda o lo cuestionábamos ¡eran nuestras tutoras!. Un terrible CASTIGO de índole física, material o espiritual, nos auguraban, si poníamos en duda "la VERDAD", que "no estábamos capacitadas para entender"...
Ahora, estamos en un momento trascendental, en el que nos damos cuenta de que hemos sido engañadas toda la vida y que todo lo que aprendimos a creer, no son más que mascaradas, incluyendo la mayor parte de nuestras vidas... y eso, no solo escuece, duele mucho haber perdido tanta vida para nada y nos subleva a grados nunca antes vividos.
Rabia, odio, venganza, decepciones y un gran cóctel de miserias emocionales, se retuercen en nuestras entrañas y, en lugar de aceptar que ya nos hemos dado cuenta y que todo pertenece a un proceso evolutivo, que debemos resolver por nosotras mismas y ponernos a trabajar en ello, sin dilación, nos revolvemos contra quienes "nos mintieron", las culpables de todas nuestras desdichas, sin querer aceptar ni darnos cuenta de que la CULPA es un invento perverso, que nos metieron en la cabeza y que no es de nadie en particular, que la CULPA es de la CULPA, una gravísima enfermedad, que nos ha sido inoculada para que sigamos actuando "como Dios manda" y que nos sintamos culpables si no descubrimos a los culpables, porque, por alguna maquiavélica razón, "la CULPA la tiene que tener alguien o algo"...
Seamos consecuentes con lo que nos brota de nuestras conciencias y no sigamos equivocándonos, dejemos de ser "el único animal que tropieza varias veces en la misma piedra. Hay que limpiarse...
Cuando nacimos "ya estaba todo comprado", ya estaba todo preestablecido y se nos adoctrinó, desde la más tierna infancia, para que aceptáramos lo que "era un hecho", la "realidad" y nos enseñaron a sentirnos culpables si no alcanzábamos a ser "personas normales" o "como Dios manda"...
Adoctrinadas por otras adoctrinadas que también fueron adoctrinadas por otras adoctrinadas... "Así ha sido siempre y así ha de ser", nos enseñaron a creer y, viniendo de quien venían tales aseveraciones, por doctrina, atentábamos contra lo más sagrado si lo poníamos en duda o lo cuestionábamos ¡eran nuestras tutoras!. Un terrible CASTIGO de índole física, material o espiritual, nos auguraban, si poníamos en duda "la VERDAD", que "no estábamos capacitadas para entender"...
Ahora, estamos en un momento trascendental, en el que nos damos cuenta de que hemos sido engañadas toda la vida y que todo lo que aprendimos a creer, no son más que mascaradas, incluyendo la mayor parte de nuestras vidas... y eso, no solo escuece, duele mucho haber perdido tanta vida para nada y nos subleva a grados nunca antes vividos.
Rabia, odio, venganza, decepciones y un gran cóctel de miserias emocionales, se retuercen en nuestras entrañas y, en lugar de aceptar que ya nos hemos dado cuenta y que todo pertenece a un proceso evolutivo, que debemos resolver por nosotras mismas y ponernos a trabajar en ello, sin dilación, nos revolvemos contra quienes "nos mintieron", las culpables de todas nuestras desdichas, sin querer aceptar ni darnos cuenta de que la CULPA es un invento perverso, que nos metieron en la cabeza y que no es de nadie en particular, que la CULPA es de la CULPA, una gravísima enfermedad, que nos ha sido inoculada para que sigamos actuando "como Dios manda" y que nos sintamos culpables si no descubrimos a los culpables, porque, por alguna maquiavélica razón, "la CULPA la tiene que tener alguien o algo"...
Seamos consecuentes con lo que nos brota de nuestras conciencias y no sigamos equivocándonos, dejemos de ser "el único animal que tropieza varias veces en la misma piedra. Hay que limpiarse...
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